Mayo del 68 y el cine: La Nueva Ola.
Decíamos que la revolución de los 60 tocó todos los cimientos de la vida social, política, cultural. Una de las características es la emergencia de nuevos movimientos que, sin una guía y predicción,- la famosa Vanguardia-, van emergiendo, saliendo a la luz con mucha espontaneidad y mucha fuerza. Es en ese proceso terriblemente vital que se van configurando nuevos guías, nuevos patrones y formas estéticas como culturales. De hecho se da uno cuenta que “el viejo topo” de la revolución aparece como un nuevo ser, o como múltiples seres, en toda su especificidad y actualidad. La revolución de Mayo del 68 expresa esa gran explosión que durante quizá más de una década se venía engendrando sin que sus líderes políticos y culturales se dieran cuenta. Si bien al final no hubo un cambio de estado, ni una toma del poder por las fuerzas emergentes- su gran falla- es. sin embargo, un movimiento amplio que tocó, cambiándolos, todos los cimientos de la sociedad y la misma vida, especialmente en Occidente.
Las artes no podían escapar a estas nuevas formas de concebir el mundo, la sociedad y la vida. Si bien hablamosdel Arte-Pop anteriormente, precisamente en este mes en que muere Rauschenberg, no podemos dejar a un lado el florecimiento del cine francés con el movimiento de “La Nouvelle Vague” o la “Nueva Ola. “
Es un movimiento casi que diríamos típicamente parisino y francés, sin precedentes en la historia del cine. Siendo muy parisino, sin embargo estos jóvenes directores crean poco a poco un lenguaje universal, así como nuevas formas de hacer cine y crear imágenes. Es allí donde tiene su gran atracción la Nueva Ola, frente al cine de Hollywood que es fuertemente contestado - la palabra “contestation” viene de Mayo del 68 - por estas nuevas formas y contenidos. Claro que al lado de la Nueva Ola, están todavía las últimas producciones de los grandes maestros italianos (Fellini, Antonioni, Passolini), así como Bergman y Buñuel. Sin embargo hay que aclarar que lo que diferencia la Nueva Ola de las otras producciones es que la primera es un movimiento, marcado por un proceso de creación grupal y en últimas político en busca de replantear y recrear un nuevo cine. Mientras que el otro, es un “Cine de Autor”. Cuando aparecía un Bergman o un Buñuel, uno sabía y conocía el estilo y las temáticas que cada autor desarrollaba. En cuanto a la Nueva Ola y sus autores,-(ellos se califican como Directores-Autores)- se desarrolla un proceso en el cual van apareciendo nuevas películas y nuevos estilos, con nuevos nombres y autores: Godard, Truffaut, Malle, Resnais, Chabrol, Varda, etc. que llamaban la atención por su libertad, por su novedad y por estar reflejando los tiempos que se vivían. Crearon un surco profundo en el cine contemporáneo, llegando hasta nuestros días con movimientos como el actual de DOGMA que parece se agota, o el movimiento paralelo a la Nueva Ola francesa como fue el Nuovo Cine Brasilero a la cabeza del inmortal Robert Rocha o el cubano, con Gutiérrez Alea. En ese sentido, no solamente quiénes vivimos nuestra adolescencia y juventud en esta década nos consideramos - así haya muchos vergonzantes - “hijos del 68” y de la revolución de mayo, sino que las generaciones actuales sin saberlo también, “son hijos del 68”.
CÓMO NACIÓ LA NUEVA OLA.
La paradoja de la Nueva Ola, que la diferencia de otros movimientos caracterizados por su espontaneismo, como el estudiantil, es que fue una revolución cimentada en un movimiento reflexivo, analítico y crítico. Al comienzo grupo de intelectuales, “amantes del cine” se reúnen y crean una revista de bolsillo, (“Cahiers du Cinema”), “Cuadernos de Cine”- hoy en día toda una institución- donde escriben comentarios, críticas y análisis del cine. Estos escritores al editar aquella pequeña revista, no imaginaban que allí comenzaba un gran movimiento cinematográfico, cultural y político en torno a la industria del cine y la producción de imágenes. Lo importante a señalar es que estos autores, fue que dieron el gran salto cuando, después de un corto tiempo, se lanzaron a hacer sus propias películas y llevar a la práctica sus propias teorías. Por eso la Nouvelle Vague fue profunda ya que fue una “mise en escene” preparada y reflexionada. Si bien es un cine que busca la espontaneidad en la vida y sus personajes son absolutamente terrenales, en el ahora y aquí, sin embargo ellos estaban inmersos en una concepción novedosa del cine y de la sociedad, como de la cultura.
Estaba aún en Colombia, cuando con un grupillo de compinches, nos escapamos del Colegio y “capábamos” clase para ir al Cine-Lux, donde pasaban dobletes: dos películas en una tarde de 2 a 6!. Y qué películas. Por ejemplo nos vimos de un solo tirón, “A bout de soufle”(Godard), “La escapada” con “Los Primos”(Chabrol). Allí en la complicidad de la oscuridad, en medio de la culpa, como del temor por habernos escapado del colegio - más tarde Truffaut cuenta lo mismo en su biografía: también se escapaba del colegio para ir a ver cine), aprendimos con el cine más de lo que nos enseñaban en el colegio respecto a la vida y la sociedad. Por eso cuando demolieron el Cine Lux en Bogotá, demolieron una parte de nuestros recuerdos y de nuestro ser.
Sin lugar a dudas, para nosotros la carta de presentación fue “La Gran Escapada” de Godard y “los Cuatrocientos golpes” de Truffaut. Y aquí vale la expresión: fue como “un trueno en un cielo sereno”. Quedamos atontados, algo confundidos, pero maravillados. Intuíamos que algo grande estaba pasando y que esas películas nos estaban diciendo más de lo que entendíamos, ya que su mensaje estaba envuelto en nuevas formas de ver y por supuesto de sentir. Por eso nos volvimos adictos de estas películas que no nos cansamos de ver y re-ver. Después vinieron “Los Primos”, “El Bello Sergio”, “Jules y Jim,” y – aydiosmío - Resnais con su “Hiroshima mon amour” y aquella voz de la inmortal Emmanuelle Riva que repetía: “Nunca estuve en Hiroshima” y la voz del asiático que contestaba: “Nunca estuve en Nevers”. Nevers- Hiroshima dos puntos en nuestra memoria que unían a un pareja a pesar de la distancia en una relación furtiva. Detrás del escenario, la otra vedette, escritora, guionista y libertaria: Margarite Duras, guionista de varias películas, que con otros escritores “nuevos” – le Nouveau Roman- de unían a este proyecto cinematográfico como guionistas.
Pero también surge la pléyade actores jóvenes, (quiénes van a suceder a los viejos como el malogrado Jean Philipe o Jean Gabin), dentro de los cuáles se ubican Jean Paul Belmondo (con su espectacular personaje de “La Gran escapada” y que después sigue su zaga en “Pierrot el Loco”) Jean Luc Lehau, Alain Delon, Jean Louis Trintignant, el malogrado Gerad Blain, considerado el James Dean francés y en las divas: Brigitte Bardot que en un momento se vuelve el símbolo de esa generación, pero que convertida en “vedette” traiciona el movimiento para convertirse en un ícono sexual y publicitario. Mujer hermosísima- acá les regalamos una foto !- sin embargo fue una pésima actriz y con poco talento. A pesar de que Godard, como los buenos toreros con las malos toros- sabe sacarle partido en “Le Mepris”, y Vadim no logra más que explotar sus bellas formas. Sin embargo Bardot es reemplazada por otra mujer igual de bella y más inteligente, gran señora y actriz quién a pesar de estar en varias películas con la Nueva Ola, es Buñuel quien logra su consagración en “Belle de Jour” y “Viriana”. Nos referimos claro a Catherine Deneuve.
Quizá las dos mujeres más emblemáticas de la Nueva Ola, hasta el final fueron Jeanne Moreau y Ana Karina. Esta última fue compañera y actriz de Godard y Moreau trabajó con casi todos los directores de La Nueva Ola, teniendo su punto más alto en “Jules et Jim” y en “Los amantes” de Louis Malle donde se diría que ella hace casi todo el film. Igualmente Jeanne Moreau trabajó con Buñuel y realizó un trabajo estupendo en una hermosa película: “La femme du chambre”. Por supuesto la lista no se agota y siguen Berdardette Lafont ( “La mujer del pirata”). E Riva (Hiroshima…),Agnes Varda,etc. Paro aquí para no cansar,pero seguimos..
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