Monday, February 05, 2007

LITERATURA.

Testimonio de mi encuentro con Roberto Bolaño.

Toda escritura en el límite esconde una máscara blanca. Eso es todo. Siempre hay una jodida máscara. El resto: pobre Bolaño escribiendo en un alto en el camino…No hay reglas. (“Díganle al estúpido de Arnold Bennet que todas las reglas de construcción siguen siendo válidas sólo para las novelas que son copias de otras.”).

Roberto Bolaño. 2002: “Amberes”.Anagrama pg103

Conocí de oídas el nombre de Roberto Bolaño y quedé algo despistado. ¿Roberto Bolaños el humorista o un jugador o cantante? Después supe por mi hijo, gran lector y amplio conocedor de literatura que “era un escritor joven” y de mucha fama en España y otros países. Me extraño que en Colombia, no fuera muy amplio el conocimiento de este autor. Y era de entenderse ya que en Colombia el boom de la literatura narca, de prostitutas, de metrallos y traquetos, salidos del vientre de Medallo y sus historias, no tiene como alternativa que la cursilería de las rancheras, aguardiente y despecho, con una o dos excepciones que confirman la regla de la mediocridad literaria en que nos hundimos. Para decirlo en términos de Bolaño. “Es decir, en el momento en que llegamos en la literatura a todo vale, a una especie de democracia mediática en donde todo es bueno, en donde todos podemos tener nuestros quince minutos de fama, pues ahí se acaba la literatura y se acaba, en gran medida, porque le estaremos dando mierda a los lectores”.

Así es que llegué al mundo de Bolaño con mucha ansiedad por entrar en una tierra prometida, que me permitiera encontrar un oasis, en este desierto de mediocridad y vulgaridad que nos asfixia y deprime y nos hace pensar a veces que Colombia no existe.

La verdad al comienzo no tenía mayores referentes acerca del autor y cuando fui a la biblioteca LAA de Bogotá, una bendición, encontré el listado de casi todas sus obras e inclusive de la última que estaba siendo catalogada por la Biblioteca (1). Una vez superado el escollo de que el apellido no era con ese, sino Bolaño a secas, y además de tener que rechazar cada vez que el computador me sacaba la palabra Bolano, como si la “ñ” no existiera, con otras obras, por fin pude familiarizarme con algo del autor como que era chileno y había muerto recientemente de cáncer. Después vino la angustia de encontrarme con esta lista y no saber por donde empezar, ya que entre otras esos nombres no me decían mayor cosa y pensaba que de pronto fueran ensayos o análisis sociológicos o filosóficos, sobre los nazis, los detectives y las putas, con un carácter histórico ya que aparecían fechas o números como “Tres” o “ 26662” (1)

La cuestión se complicó más cuando ya tenía ubicadas- gracias a Nicolás- algunas pistas y me fui de una a su gran obra:”2.666” encontrándome en la Biblioteca, con una fila virtual e interminable de lectores que no dejaban que el libro fuera devuelto para llevárselo inmediatamente, como sucede desde hace mas de un año. Finalmente opté por la que quedaba: “Tres”, el cual leí de un jalón y me desconcertó más. Casi no la acabo. No lo entendía. Después, tuve la fortuna de poder pedir y sacar “Amberes” y leyéndola de nuevo quedé perdido, diciéndome que la edad me estaba cogiendo y no entendía a los autores contemporáneos. La dejé a un lado y calmé mi ansiedad por encontrar esa tierra prometida. Pero al final del desconsuelo me topé con esta declaración de Bolaño, que me volvió el alma al cuerpo y me di cuenta que no estaba perdido: “La única novela de la que no me avergüenzo es Amberes, tal vez porque sigue siendo ininteligible. Las malas críticas que ha recibido son mis medallas ganadas en combate, no en escaramuzas con fuego simulado.”

Finalmente, pude leer el primer escrito de su magna obra:”2.666” y comencé a quedar atrapado en la red de Bolaño. Empecé a adentrarme en un mundo que por momentos me parecía bizarro, banal, aún sucio, “pornográfico” y sorprendente, porque siendo así no podía dejarlo, sino al contrario me incitaba a seguir adelante en las historias que iba desvelando, como un thriller de suspenso en busca de saber que más va a pasar sin encontrar nunca la verdadera respuesta. En cuanto a ”2.666” me sonó a muchas cosas en una sola: algo de suspenso a lo Eco y características de las grandes zagas policíacas, seguidores de una autor desconocido, una trama, amorosa-erótica, desierto, polvos de los unos y de los otros, desespero, soledad, lugares ini-maginados y difíciles de imaginar…que se yo, tantas cosas juntas, tantas emociones encontradas, tantos caminos a medio andar o sin salida, pero en fondo una inteligencia sutil que construía laberintos y estructuras paisajistas, con sus personajes variopintos y con un manejo del lenguaje poético por ende, altamente estético donde hasta lo pornográfico y vulgar- para volver a ellos-, son retomados en su crudeza y transformados -hay una concepto claro de realidad y lenguaje- en imágenes de una gran fuerza narrativa y evocadora que golpea en la psiquis del lector. Poco a poco la figura amable del autor y su tremendo humorismo, me fue ganando y pude entrar por la puerta que era. Sin precipitud, con mucha lucidez y avidez Roberto Bolaño, al igual que Nietzsche, si se me permite la comparación, no escribe para el momento, ni para lectores consumistas de modas, o que se duerman. Hay que estar despierto frente a su obra y pensar que, definitivamente, sí bien escribía tratando siempre de atrapar el “ahora y aquí”,-¿por que no Heideggeriano?, no el metafísico sino el sudamericano-, sin embargo es un autor para generaciones futuras. No se ha dicho la última palabra y solo el tiempo que madura los frutos, nos dirá hasta donde la emoción nos embargó y hasta donde el genio del autor nos confundió en emociones encontradas. Como en in crescendo, a pesar de los tumbos, que se puede tener con su obra.

Roberto Bolaño, desde su Chile natal inicia un periplo desde niño, en parte con sus padres en parte solo, por América Latina, especialmente Méjico y Salvador y después termina en Europa, en muchas idas y venidas. Como el “Che”, su trasegar por este subcontinente le hace tomar conciencia de su identidad latinoamericana y como el Che, pero desde la literatura, su escritura refleja a través de sus personajes, el drama de estas culturas: la pobreza y sus correlatos de soledad, inequidad, violencia pero sobretodo, la capacidad de aguante de estas culturas-la resiliencia- y su expresiones altas de tipo estético que se refleja en los movimientos y grupos culturales y artísticos, en los cuáles de puede destacar la música autóctona, que lo inspira en muchos pasajes de su obra. Esta identidad no existe sino en contraste con la del dominante o del primer mundo donde, la fina ironía o el humor sutil describen esa relación: los españoles nos llaman sudacas y “los españoles imitan tu modo de hablar. El tono sudamericano” (Amberes.15)

Las fuentes de Bolaños vienen río arriba y profundo. Ni para que hacer la lista. Clásicos, modernos, postmodernos, contemporáneos. Lector insaciable desde muy joven, se encerraba en la bibliotecas de Méjico para leer horas y días enteros, y adulto en la noche o el día trabajaba en “oficios varios” para la sobrevivencia y después escribía y leía, sin dormir. Allí en esa lucha encontramos un concepto claro que se va formando sobre la escritura y la literatura en relación con la realidad y la vida. Como Nietzsche, encuentra que la literatura no puede estar desligada de la vida, como fenómeno vital. Bolaño transforma la vida, su vida en escritura es decir literatura como proyecto estético. Estamos seguros que leyó esta frase de Nietzsche y la hizo suya: Ciencia jovial: eso significa las saturnales de un espíritu que ha resistido pacientemente una larga y terrible presión -paciente, riguroso, frío, sin someterse, pero sin esperanza- y que ahora de una sola vez es asaltado por la esperanza, por la esperanza de salud, por la embriaguez de la curación. Para Bolaño, la literatura esta inscrita dentro de un concepto claro:”El desprecio que sentía por la así llamada literatura oficial era enorme, aunque sólo un poco mas grande que el que sentía por la literatura marginal. Pero creía en la literatura, es decir no creía ni en el arribismo ni en el oportunismo ni en los murmullos de los cortesanos” (Amberes pg10). Fue así como este rebelde no se rendía ni ante los poderes oficiales y los escritores de moda. Nunca se sometió ni a las editoriales ni a los profetas. Andaba con sus escritos, cuentos, novelas y sobretodo poemas bajo el brazo sabiendo que aún “no había llegado la hora”, como el caso de “Amberes” que lo rehizo y publicó casi después de diez años. Si la literatura estaba ligada a la vida, no solamente la suya sino la de sus contemporáneos, amigos y enemigos, la misma estaba muy ligada a un concepto de realidad y de técnicas literaria apropiada. El escritor ingles que aparece en Amberes se nos ocurre es Bolaño mismo cuando dice:” El escritor ingles, le confesó...cuanto le costaba escribir. Sólo me salen frases sueltas…porque la realidad me parece un enjambre de frases sueltas…” (p 69).

Más adelante, hablando de “cuatro o cinco personajes” que son camareros y que va a dormir describe a uno de ellos, que seguramente es Bolaño y dice:

” Uno de ellos escribió poesía, pero de eso hace demasiado tiempo. El autor dijo:”no puedo ser pesimista ni optimista, todo está determinado por el compás de espera que se manifiesta en lo que llamamos realidad”. No puedo ser un escritor de ciencia ficción porque he perdido gran parte de mi inocencia y aún no me he vuelto loco…Palabras que nadie dice, que nadie está obligado a decir…Manos en proceso d e fragmentación geométrica: escritura que se sustrae así como se sustrae el amor, la amistad, los patios recurrentes de las pesadillas…Por momentos tengo la impresión de que todo esto es “interior”...” (p 84). La pregunta que resulta de esta declaraciones es la de saber si Bolaño, tuvo como Rimbaud hacer una “temporada en el infierno” para llegar a los límites de la existencia y de la escritura que la soporta y expresa? Todo parece indicar que Bolaño, no necesitó recorrer ese camino ya que Rimbaud había abierto sus puertas y el sendero estaba recorrido. Además de él está Ezra Pound que admiraba y Ciorán que seguramente conoció. Peor no Bolaño, supo guardar equilibrio, a pesar del hambre-estuvo a punto d e mendigar dice- y estuvo a apunto de “crear un pequeña empresa criminal” sin embargo no hay un phatos a lo Vallejo, propagandístico, ni falsa posturas de “vedette” de los medios. Al contrario supo llevar una vida digna y sencilla. En su interior sufría y aguantaba - no sé si sabía o presentía el cáncer que se venía, pero lo que si se sabe es cómo su obra magna,”2.666” , que son cinco novelas en una, casi la dejó sin terminar en un esfuerzo colosal por detener la enfermedad y la muerte y dejarla para publicar- sin perder el humor y el sentido d e la vida, así como sus sarcasmos e irreverencia ante escritores y poetas consagrados que se daban el lujo de mirar aquel chilenito por encima del hombro. El hombre sabía cual era su destino y sabía lo que hacía. Por eso nunca lo mareó la fama, ni el dinero. Su vida era la literatura y por ella vivía y respiraba, en pleno conocimiento de causa.

(1) Consejos de un discípulo de Morrison a un fanático de Joyce (1984), novela escrita conjuntamente con Antoni García Porta.* La pista de hielo (1993), novela. * La literatura nazi en América (1996), novela. * Estrella distante (1996), novela corta.* Llamadas telefónicas (1997), cuentos.* Los detectives salvajes (1998), novela ganadora del premio Rómulo Gallegos y el premio Herralde. * Amuleto (1999), novela corta.* Monsieur Pain (1999), novela.* Nocturno de Chile (2000), novela corta. * Tres (2000), poesía. * Los perros románticos. Poemas 1980-1998 (2000), poesía.* Putas asesinas (2001), cuentos.* Amberes (2002), cuentos.* Una novelita lumpen (2002).* El gaucho insufrible (2003), relatos cortos. * Entre paréntesis (2004), ensayos, artículos, discursos y entrevistas. * 2666 (2004), novela.


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