(Todas las imágenes han sido tomadas de Internet)
LAS BACANALES DEL MUNDIAL.
Así es, se fue el mundial de fútbol con mucha pena: ¿cuándo volverá? y con mucha gloria: una fiesta planetaria, sin lugar a dudas, un carnaval. Es quizá, a mi gusto, el elemento fundamental a resaltar. La activa participación directa e indirecta de las poblaciones, etnias y culturas del mundo, dando un toque especialísimo y haciendo que estas justas hayan ratificado un gran valor: el valor planetario de la diversidad. La diversidad como eje central de todo este evento, contra la tendencia a la homogenización del neoliberalismo. Fue el espectáculo de la especie humana, con todas sus grandezas como sus flaquezas
Fueron las bacanales del mundial. Dicen los medios que durante un mes y una semana 4 mil millones de personas, en todo el mundo, estaban pegadas al televisor mientras que otros millones cantaban, bebían, gozaban alrededor de unos templos llamados de fútbol! Acordémonos cómo en Grecia, después en Roma y en el mundo Maya-Azteca, los pueblos paraban sus actividades para realizar fiestas, jolgorios y gozar con sus dioses en tributos, ofrendas, rituales, creando un espacio donde se podía transgredir todas las normas en un canto a la vida y en una exultación del goce a través de los sentidos.
1,Africa bajo la carpa
2.Méjico dos cuates dándole al piano en compañia de su TV mientras trabajan
Así llegamos hoy en día al mundial de fútbol como evento planetario. Desde ese punto de vista, con los juegos olímpicos,son los dos acontecimientos de carácter deportivo-cultural de mayor importancia en el mundo de hoy. Y este adquiere una significación enorme por ser hecho en Suráfrica, país donde se creó la más horrible discriminación racial como es el apartheid. Además de estar allí un hombre que igualmente es un símbolo no solo de estas luchas contra la discriminación, sino un hombre sencillo que de su condición de boxeador, subió a los más altos cargos de la sociedad para ser el primer presidente negro en ese país, simbolizando una política de apertura a los diferentes y sometidos como son las etnias negras. Nadie puede desconocer a Mandela como el gran líder de los pueblos y etnias oprimidos, que aún hay en el mundo ven en él un símbolo y un ejemplo.
Pero no solamente Sudáfrica es el símbolo de la derrota del apartheid, sino además la cuna de la humanidad. Fue allí donde se encontraron restos fósiles que nos demuestran que allí se dieron los primeros pasos hacia la hominización de las especies, que después de un largo proceso, dieron lugar a las diversas ramas de Homínidos hasta llegar al Hombre actual. Por eso Sudáfrica es la cuna de la humanidad. Lamentable que la ignorancia de la mayoría de las periodistas no hubieran aprovechado estar allí, en el Santo Sanctórum, de la humanidad para haber hecho notas periodísticas interesantes. Lo que presentaron los “periodistas” de “El Tiempo” fue vergonzante y mejor no hubieran filmado nada. Su ignorancia rayaba en la falta de ética y respeto con los video-videntes.
El futbol como vitrina para las más diversas mercancías
Por supuesto que estas justas han estado determinadas por un inmenso mercado, dominado por el capital financiero especulador y las compañías transnacionales, especialmente de la comunicación. Sin embargo el espectáculo no se puede reducir solamente a una mirada, que por sesgada impide ver la complejidad del fenómeno y su riqueza cultural. En escrito anterior hablamos un poco de esas paradojas del fútbol y contra ciertas corrientes “izquierdistas” que ven en el fútbol “el imperio del mal”. Creemos que el fútbol trasciende esos radicalismos que impiden hacer una mirada amplia al fenómeno y de alguna manera encontrar en él los aires de nuestros tiempos, que es a nivel de análisis socio-cultural lo que nos interesa del deporte. Por tal razón, queremos enfatizar dos aspectos: el fenómeno de masas como fenómeno cultural y la competencia en sí misma con sus significados.
Un escenario de la diversidad y la diferencia.
Las compañías transnacionales, monopolizadoras de las comunicaciones encargadas del evento, a través del gobierno de Suráfrica, presentaron una organización, con bellos escenarios, excelente sistema de comunicaciones y buenas transmisiones de los partidos, donde la calidad de la imagen era un hermoso festín visual. El mejor asistente ubicado en el estadio, con sus ojos humanos no podría ver,- como si podíamos verlo en la TV, con las modernas tecnologías del “acercamiento”, el ralentí, el “zoom”, etc., palabras ya universales del mundo virtual- todo el despliegue de los cuerpos enfrentados en el fútbol.
Pero no nos confundamos. Una cosa es el poder que monopolizó el evento y otro el país donde se realizó el mismo, ya que Suráfrica es un país pobre, y como tal no hubiera podido ella sola organizar este mundial. De todas formas el resultado en lo tecnológico sobrepaso los mundiales anteriores, lo cual de alguna manera es lógico. Igualmente, el mundial como marketing, produjo sumas fabulosas y riquezas inmensas, que paradójicamente hubieran podido servir para sacar del hambre a uno o dos países de este continente, especialmente del África negra, muchas veces tan olvidado. La gran paradoja es que Suráfrica siendo un país muy rico en recursos naturales, sin embargo tiene al lado de una oligarquía blanca, una inmensa población negra que se encuentra en la pobreza. La cuestión fue tal que como se evidenció en las transmisiones, varias veces los estadios no se llenaban porque los africanos del sur no podían pagar las boletas de entrada.
Fútbol y marketing
Y algo nuevo sucedió y tomó fuerza: el mundial como marketing, se convirtió en una vitrina para todo tipo de producto susceptible de ser promocionado, como la famosa canción de Shakira - cuya autoría musical no es de ella-, que nos la repitieron hasta el cansancio para promocionar ventas fabulosas de su video musical. Además de la asistencia de personajes del mundo de la política, la Reina Sofía, los reyes de Holanda, que bueno que no apareció por ahí Kissinger. Del cine - Di Caprio, la bellísima Charlize Theron (nunca me pierdo una sola de sus películas), y claro Morgan Freeman quien interpretó magistralmente a Mandela en la película que le dio el Oskar. De la música –Mick Jagger infaltable adicto al fútbol e hincha del fútbol latinoamericano -, y aún “vedettes” y modelos en busca de fama, como la modelo paraguaya Larissa Riquelme, quien amplio notablemente su fama con su carisma y curvas! Todo ello funcionó a las mil maravillas como vitrina de promoción de productos para la venta buscando popularidad mundial.
Hombres y mujeres unidos a un balón que va y viene.
Pero el lado amable sin lugar a dudas lo constituyeron los hinchas, los aficionados, los viajantes del todo el mundo que se dieron cita en los estadios y tanto dentro como fuera formaron comparsas, con disfraces, música, cantos, haciendo un espectáculo al lado de los estadios,variopinto. Una especie de Carnaval de la Diversidad, que ojalá se acreciente por la bádico, lúdico, fiestero. Fue un punto alto, ya que por vez primera se habló poco o nada de los Hooligans y demás grupos de fanáticos o fundamentalistas del deporte. Se veía mucha confraternidad humana en un despliegue de lo diverso, de lo diferente. Todo ello tomando como eje motor el juego en general, la diversión, la lúdica como dinamizadora de la unión universal. Fue hermoso, ya que al contrario de otros mundiales la violencia casi desapareció y los hinchas de equipos diferentes podían estar allí entremezclados. Las caras tristes, llorosas, compungidas de los perdedores contrastaban con las alegres y plenas de alegría de los ganadores.
Y claro aparecieron mucho más que antes las mujeres, bellas y” feas”, aunque a decir verdad muy pocas de estas últimas o al menos las cámaras no las mostraban .Negras, blancas, asiáticas, latinas, africanas, todo un regalo para el buen gusto. La creatividad de las masas fue enorme. Una gran parafernalia envolvía a todos esos asistentes convertidos en actores con sus disfraces. Los rostros y cuerpos pintados, los más bellos como horribles atuendos, los vestidos típicos. Las pelucas y atuendos que cada vez se repiten y se copian o reproducen. La peluca del Pibe, que ya es de todos los colores, al mismo tiempo que se crean nuevos atuendos y disfraces. Se diría que en cada mundial hay nuevas cosas, Estos mejicanos y latinoamericanos, con su gran variedad de sombreros, ruanas, ponchos. África joven multi-coloreada, bulliciosa orgullosa de sus etnias .Europa contagiada de las emociones perdiendo su adustez, y el Asia reclamando su espacio con su inmensa cultura. Y claro, América Latina mestiza, negra, cimarrona, multiétnica y multicultural, con sus gauchos y sus churrascos, los uruguaios de garra pura, los duros para-guayos, sorprendentes como esas tribus guaraníes que pusieron en jaque al colonizador y solo pudieron vencerlos exterminándolos. Y también los indios mejicanos y andinos.
Así las cosas quien puede negar que fue una fiesta lúdica, ricamente humana, donde hombres y mujeres del planeta se unieron, cantaron, bailaron, se embriagaron y seguramente hicieron el amor alrededor del fútbol ¡Dionisos el dios griego de la vida exuberante, Baco el dios greco-romano, Idacanzas dios chibcha de la embriaguez y la fiesta, estuvieron allí presentes.
Los rituales para calmar la angustia
Y claro en esta lucha contra el azar que marcan los juegos, donde nada se pude predecir con certeza, aparecen los rituales que buscando un “vencedor” sirven para calmar la angustia, aquietar la emoción que sacude a los hinchas quienes realizan los rituales para vencer el miedo, el temor a la pérdida - “la muerte súbita”- y aún a cierta “deshonra”, como sucedió con Italianos y Franceses. Rituales enmarcados en culturas, como los Brujos africanos, mejicanos y del Altiplano Latinoamericano, el gurú Brasileño. Rezos y plegarias budistas de los asiáticos. Las cábalas europeas y las pollas o apuestas en dinero de los occidentales y aún de la mafia que apostaba enormes sumas de dinero. Y claro el nuevo mercado de la alienación como es el pobre pulpo que supuestamente vaticinaba los vencedores. El mercado del pulpo-adivinador se disparó desde la India hasta la mismísima Alemania, donde dicen se están vendiendo para adivinar la suerte. Pero este mundo del imaginario, llegó hasta la racional, fría y “culta” Alemania donde el suéter o pullover azul del entrenador Joachim Loew se utilizó como amuleto del vencedor. No solamente se le pidió que no se lo quitara, ya que supuestamente trajo suerte a Alemania para vencer entre otros a los temidos argentinos, sino que los mercados de esta prenda aparecieron rápidamente dentro de los hinchas en Alemania.
Pero el juego se universalizó mas allá de los estadios y las calles adyacentes en Suráfrica, sino que en las grandes capitales del mundo miles de personas siguieron en pantallas gigantes estos juegos. Ver a los alemanes gritar, saltar al unísono en un llanto de alegría cuando marcaban un gol y el contrario en Buenos Aires, o ver la tristeza inmensa de los holandeses al ver que después de un enorme esfuerzo y tensión, un sol gol – magistral por cierto de Hiniesta - acalló como en un cementerio en una noche gris y lluviosa el grito de triunfo que no fue. Todo aquello nos dejaba una sensación profunda y por qué no inquietante, de la complejidad de lo que puede significar -en el plano de las Ciencias Sociales- lo que Foucault llamó la formación de sujetos individuales y colectivos a partir del manejo de sus emociones, en un sistema altamente complejo y técnico del mundo contemporáneo.
Iniesta inmortalizado por un gol que hizo ganar el campeonato a España
Diego Forlan, considerado el mejor jugador del mundial. Subido al trono de los dioses en Uruguay
“El cuerpo es una gran razón, una pluralidad dotada de un único sentido, una guerra y una paz, un rebaño y un pastor.” F. Nietzsche
Los comentaristas del fútbol creen que lo que hace la “esencia” del fútbol es el balón que corre y va de un lado al otro. Pero la verdad está más allá o más acá del balón, ya que éste es el pretexto, cuando la verdad lo que cuenta son los cuerpos. Lo que hace la magia, el encanto y el “hechizo” del fútbol son los cuerpos. El balón es el objeto y los cuerpos el sujeto.
Si el balón es el Medio, el Mensaje lo con-forman la producción de los cuerpos en su enorme gama de manifestaciones y de formas de expresión. El fútbol es entonces y desde esta consideración un Modo de Apropiación de una(s) Inteligencia(s) a un Objeto móvil, para que en su transcurso, creando tiempos y espacios específicos, se busque derrotar a un adversario. Lo que hay de fondo en el fútbol no es aquello que nos en-canta y somete a la mirada sin dejar respirar, es decir un balón que va y viene , sube, baja y tiene una enorme movilidad, sino lo que cuenta es lo que está al lado del móvil y lo hace ser lo que es: los cuerpos. Esos cuerpos que suben y al subir se agitan contorneándose bien sean para girar la cabeza o el tronco. Eso que sube y baja para caer en dos pies que se abren o se cierran. Eso movimientos que describimos en otros escrito, viendo jugar a Ronaldinho, del salto, de la gambeta, del sombrerito, del túnel, del pique, del cabezazo…esos movimientos que hacen que al verlo y nos sorprendamos y maravillemos por lo lúdico, solo lo puede producir los cuerpos y no cualquier cuerpo- cualquier ser vivo tiene movimiento- sino los cuerpos humanos.
Pero esos movimientos la más de las veces mecánicos, formas de adiestramiento tienen dos significados. Uno es su gran plasticidad, es decir su arte. La plasticidad del cuerpo mecanizado tiene que ver con la Tecnología del mismo. Es decir que si arriba hablamos de Producción de cuerpos, es porque estamos hablando a la vez de tecnología en la producción de esos cuerpos que le infunden una gran belleza y convierten en su plasticidad en arte-
Pero igual la técnica se crea en la medida en que los cuerpos son adiestramos, trabajados, preparados para tener eficacia en el movimiento y en ultimas en el dominio del balón, construyendo estrategias, tácticas diferentes y apropiadas a la ocasión, dándole al futbol un carácter de guerra sin muertos, de vencedores que pueden ser vencidos. La técnica es entonces la que permite el rendimiento máximo de los cuerpos. Para dar un ejemplo, los Jugadores como los brasileños, son cuerpos dotados de una técnica superior en el manejo del balón. Ampliando la mirada podemos preguntarnos: ¿Qué es lo que hace que los brasileños, casi todos, la gran mayoría de los argentinos, alemanes, holandeses, en parte los ingleses y ahora los españoles, y demás, hayan desarrollado técnicas superiores en el manejo del balón? Pues sencillamente porque la técnica no es en abstracto sino que está ligada a las Inteligencias que dominan y controlan los cuerpos y a la Gran Inteligencia, que puede pasar por el técnico, pero que se encuentra en el conjunto de la Sociedad y especialmente de la Cultura. Es la cultura de una sociedad la que crea los modos de producción de cuerpo para el juego del balón y dentro de ella la técnica es su instrumento de ejecución. Una simple patada al balón, para un ojo avizor no es la misma que puede dar un niño brasileño a un niño alemán. Por decir algo: el niño del sur baila daño la pata, mientras que el europeo corre y golpea con fuerza. Por eso el fútbol no solamente es técnica, arte, sino finalmente Cultura. Y allí el fútbol se convierte en otro fenómeno más de todo es inmenso e infinito desarrollo cultural de los pueblos. Igualmente es fácil entender porque el fútbol es y será infinito: porque el planeta está conformado en una enorme variedad cultural y allí radica su fuerza y su carácter sublime de humano.
Finalmente, aunque no todo lo hemos dicho sino establecido algunos mojones en la discusión creo que el fútbol más allá del entretenimiento, del espectáculo, se convierte en un objeto de estudio de las ciencias sociales y de las artes. Ya no solo nos sirve de entretención sino de conocimiento del hombre mismo en sus manifestaciones, que siguen siendo primitivas como naturales en el desarrollo de una Inteligencia que lo humaniza y hace ser humano mas allá de todo distingo de raza, sexo -las mujeres ya juegan- nacionalidad, política o religión.
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