Saturday, May 01, 2010

LA OLA ALEMANA Y LA VERDE COLOMBIANA

¿Si la Ola no se detiene, habría que encauzarla antes que nos destruya y la cura resulten más grave que la enfermedad?

Llegan a las carteleras colombianas, como una premonición, dos películas: “Alicia en el país de las maravillas” que nos remite al problema de Las Paradojas de Lewis Carroll, actualizado por el matemático y candidato Mockus. La segunda, que comentaremos aquí es, la película alemana “La Ola”. Precisamente la ola cinematográfica se presenta al mismo tiempo que la llamada Ola Verde del profesor Mockus la cual sube vertiginosamente, que diría yo, arrolladoramente, ya que te lleva, te empuja, y si no te mueves…te aplasta.

Es lo que he llamado el fenómeno Mockus, que ha resultado aleccionador por todos los sin sentidos (L. Carroll) que nos llevan vertiginosamente a, no una, sino varias encrucijadas. Por eso he decidido reflexionar desde diferentes miradas tal fenómeno, empezando con la película”La Ola” que llega a Colombia “como anillo al dedo” y a veces queda uno sorprendido por la similitud entre la película y la realidad colombiana. De hecho la película nos puede ofrecer una lectura de nuestra realidad, que sin que llegue a ser exactos e iguales. El colombiano es un proceso real que no ha terminado. Sin embargo, puede ayudarnos a comprender ciertos elementos que nos permitan quizá un diálogo con los jóvenes de nuestro país, para que sin dejar de pensar y analizar, es decir no tragar entero, actúen eficazmente en defensa de nuestras libertades individuales y colectivas, así como en contra de la inequidad social.


El discurso ético de Mockus.

Para no caer en los detalles de la película y establecer los vínculos dichos entre la realidad nuestra y la del fim, contextualicemos la discusión con base en los criterios, imágenes, símbolos mockusianos, para confrontarlos con la película

Mockus plantea explícitamente, a manera de discurso fundamental el problema de la Ética. Pero en su sesgo ésta ética es planteada como una paradoja. Hay un interior y un exterior. Y es que al ser planteado el problema de la Ética en política, ésta no puede ser una discusión en abstracto y formal, para eruditos o élites intelectuales sino que ese discurso debemos entenderlo en su forma implícita -desde adentro del discursos mockusiano - bajo la pregunta: ¿Qué problemas éticos están formulados implícitamente en la política de Los Verdes y del mismo Mockus?. Podríamos avanzar y sintetizar, en un intento de respuesta: la propuesta Ética de Mockus se vuelve paradójica, si comparamos lo que dice con lo que hace y especialmente los variados efectos que sus discursos producen, más allá del problema filosófico o matemático con el que juega su idea de la Ética. Es decir que, no hay una sola concepción de la Ética, ya que hay varias escuelas y tendencias. Sin embargo Mockus como “gran rector” pretende hacer creer que su ética, basada en la teoría de juegos, es LA Ética.



Y esto nos incumbe a los docentes y catedráticos. Como catedrático, y ahora como asesor y conferencista libre, profesor de algunas “generaciones” de jóvenes de quiénes siempre aprendo, no puedo dejar de preocuparme por lo que pasa y es una preocupación también desde la Ética. Pero entiendo aquí la ética no como un problema filosófico-matemático que nos lleva a la paradojas y los juegos, sino a la ética real y concreta que responde al problema de los deseos y los intereses, como fuerza de lo real, socio-cultural e histórico. La ética no es un problema de argumentos que se definen por el argumento “más fuerte” sino por la justa resolución de los problemas reales y concretos.


El problema de los Modelos y su aplicación en la realidad










Siguiendo la lógica mockusiana, podemos decir que “La Ola”, alemana crea un Modelo, con el cual podemos jugar, con sus paradojas y acertijos incluidos, para obtener respuestas y crearnos interrogantes. Esta idea de Modelo, es importante, no solo como norma mockusiana, -todas sus políticas se hacen mediante juegos y acertijos- sino que, además, el guión de la Ola esta realizado de acuerdo a una experiencia docente hecha por el profesor Ron Jones en Palo Alto, California en USA y sobre la cual se escribió una novela, sobre el mismo modelo, escrita por Morton Rhue, seudónimo de Todd Strasser, que luego fue adaptada al cine -Posteriormente se hizo un musical basado en el experimento. Es decir que si tomamos esta película para aplicarla como un tamiz a la Ola Verde, ella responde perfectamente a las exigencias mockusianas y se vuelve pertinente. En otras palabras lo que está haciendo Mockus en Colombia, ya había sido experimentado en otras partes y además es un modelo de acuerdo a sus exigencias, porque está hecho en pequeño y bajo la teoría de los juegos. No es pues traído de los cabellos la comparación.

Es decir, reiterémoslo, esta película está basada en una realidad, en una experiencia y un modelo creado por un profesor en el aula, cuyos efectos han sido materia de análisis por estudiosos de las ciencias políticas y sociales y modelo para realizar un tipo especial de política.

Los docentes llamados por la construcción ética de las relaciones sociales.









La participación masiva, entusiasta, creativa de los jóvenes en Colombia, ha sido mi preocupación desde el comienzo de este proceso y es una de las Paradojas del mockusianismo: porque siendo positivo y saludable el ingreso de los jóvenes y “menos jóvenes”- en la política, no deja ser preocupante que al cabo de un tiempo, puedan quedar tan desilusionados como frustrados. Y como efecto del mismo, se vuelvan en contra de la política y entren en la “anti-política”, que es otra forma postmoderna de hacer política. Anti-política en tanto que campo minado de las sectas y tribus urbanas. Dando paso a todo tipo de patologías de la muerte, propias del nihilismo llevan aún a la autodestrucción. Es la expresión de un resentimiento que puede quedar gravado en lo más profundo de la psiquis de las nuevas generaciones.

La película alemana: La Ola.









Batiendo todos los records de taquilla, ya no solamente en Alemania, sino en las diversas ciudades europeas, esta película al igual que su título, está creando una gran ola de asistencia y comentarios. Pensaríamos que es una nueva película sobre la educación. Tomando el tema de la educación, las aulas, sus compontes: profesores, alumnos, directivos, currículos etc., y siguiendo una tradición cinematográfica que últimamente desde “Elephant” de Gus Van Sant, después con “Entre les Murs”- película francesa ganadora del Cesar, que comentamos en el Blog- y ahora con esta se llega a una nuevo enfoque de la problemática. La clave de La Ola es que teniendo como eje las aulas sale a la calle y allí se prolonga ya no solamente como un tema meramente educativo, sino social, cultural y político. El enorme éxito de la película es que al salir de las aulas, plantea problemas de la sociedad contemporánea con la cual no podemos no identificarnos.

El Nudo de la trama.










Un profesor, debe crear un proyecto creativo, en la semana dedicada a tales fines en su escuela. Sin mucho entusiasmo y sin preparar mayormente el tema, llega a la clase donde sus aburridos alumnos lo esperan. Desganado él mismo y queriendo romper la monotonía, - acabar con las viejas formas de hacer… - juega con lo nuevo y de sopapo plantea un problema a su jóvenes alumnos, en la Alemania post nazi: ¿”Es posible acabar con la democracia?,” ¿es posible una dictadura en Alemania?”. El efecto sorpresa entra en juego y los alumnos quedan enganchados. Todos reaccionan contra el nazismo, considerando que eso quedó generaciones atrás muerto y que ellos están lejos de eso. Pero una chica pregunta, en medio del vocerío... ¿Y los neonazis que andan por ahí? Ah, eso es otra cosa responden otros, como no tomando en consideración el hecho…El profesor los reta a demostrarles su argumento y empieza el juego. Una vez que ha logrado fijar el interés, el profesor casi a manera de desafío comienza un proceso donde el juego, la creatividad o inventividad, van siendo el acicate que lleva a que todos y cada uno participe con mayor o menor énfasis. Pero claro, es un juego que siendo libre a la creatividad - paradoja- es organizado, dirigido, controlado y bajo el poder de una persona. Por eso la reglas del juego, parte de la definición de la Autocracia, que es el tema de la clase. ¿Qué es la autocracia, según los griegos, quienes inventaron la palabra?: El poder y gobierno de una persona. El autócrata es quien dirige, orienta y…manipula las reglas de juego. El autócrata crea poder y hace lo que quiere.




El profesor, por efectos de la coherencia del sistema de juegos que va inventando, se convierte en el Autócrata. La regla es clara, si van a ensayar la Autocracia como sistema de gobierno y poder, deben necesariamente aceptar un Autócrata, como el que encarna ese poder y ante quien delegan sus poderes personales. Por eso un autócrata no puede serlo si hay otro que pueda dirigir. Así empieza, cuando el grupo por efectos de las exigencias del sistema no pueden aceptar a su compañero quien los mandaba y delegan todo el poder en el profesor que se transforma en un símbolo de esa autocracia, cambiando su nombre. Ya no es “el profesor” Rainier, nombre real sino un símbolo de esa autocracia, el “señor Wenger”. Pero no puede ejercer ese poder personal, sino no hay aceptación al mismo. Por eso los subordinados deben aceptar la disciplina para poder ejercer el control y el mando. La disciplina, ya no mental sino que entra en los cuerpos, como emoción, como sentimientos. Poco a poco los efectos de tales comportamientos van siendo eficaces. Los alumnos no pierden tiempo y realizan actividades de manera homogénea, todos iguales, lo que hace que las acciones sean más eficaces. Se crea una fuerte Unidad, integración como sumisión y alienación a un mando central.








Para mayor efectividad y que los comportamientos se fijen mecánicamente, como en todo ejército, se crean los rituales y con ellos lo símbolos. El efecto de la ola se empieza a sentir realmente cuando los alumnos de otras clases empiezan a participar y cuando saliendo la ola a la calle, de cerca de 30 alumnos, en dos días pasan a 200 miembros. La ritualización en el ingreso al movimiento, la iniciación, es importante. No todos puede entrar si no hay inscripción: carnets, afiliaciones, etc. son impactantes. Quiénes ingresan al grupo pierden su identidad individual y se sienten identificados, se sienten Fuertes, con Poder, por estar en algo que se mueve, que es distinto y sobretodo porque despierta en todos y cada uno emociones, afectos que afloran con fuerza gregaria. Y entran en juego los símbolos que refuerzan los rituales y desarrollan una gran creatividad.



En el vestuario, todos con camisas blancas, el logo del movimiento que empieza a circular en toda la ciudad, con gran efecto de publicidad. Es un movimiento que se crea en el mismo movimiento, -por eso no se necesita un programa establecido y claro sustentado en una historia y una realidad o experiencia social- en ese manejo de emociones fuertes, donde las razones no existen o no se pueden aceptar, especialmente si son contrarias o cuestionadoras. Los diferentes son excluidos, minimizados y finalmente…inmolados!

Otras de la paradojas mockusianas: hablando en términos de una racionalidad habermasiana, bajo el lema del “argumento fuerte”, sin embargo no se discuten planteamientos, ni se aceptan razones y más especialmente si son contrarias. “Usted puede tener razón- me decía un joven mockusiano- pero…somos millones de colombianos que vamos a votar…”.Una joven amiga me escribía: oye estas siendo muy severo…no nos quites esa ilusión. No ves que estamos acabando con esa vieja politiquería-“

La autocracia como juego del Poder.











Decíamos que el autócrata busca el poder, destruyendo los poderes individuales y colectivos que deben funcionar según sus normas y leyes personales. La individualidad y diferencias poco a poco se pierden en la homogenización: todos iguales y marchando al mismo ritmo, al mismo paso…hacia dónde? Nadie lo puede saber porque la dinámica del movimiento no deja proveerlo y la “creatividad” como espontaneidad lleva hacia adelante, pero es un adelante incierto paradójico donde finalmente no hay sentido…no puede haberlo por el mismo juego que como el símbolo de Moebenius vamos a la izquierda que se vuelve derecha siempre desde un Centro…

La gran paradoja: si bien el Mockismo es positivo visto desde el modelo neofascista duro que se implantó a la colombiana durante 8 largos y tortuosos años- y que no ha muerto, ni se ha acabado..-- por un efecto del péndulo: volteamos a un modelo blando del mismo?

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